El lugar más importante del Mediterráneo
DECLARACIÓN POR EL MEDITERRÁNEO
ÚNETE POR LA RECUPERACIÓN DEL MEDITERRÁNEO
El Mediterráneo español hace tan sólo 70 años era un mar muy distinto al que ahora tenemos. En él nadaban focas (la foca monje del Mediterráneo), tortugas, tiburones, abundaban los bancos de peces que se pescaban desde la misma playa y había grandes extensiones de posidonia con decenas de miles de nacras.
Por entonces los pescadores artesanales capturaban enormes meros, y las langostas eran frecuentes en las aguas someras. Las redes se llenaban de centollos en primavera y las grandes ramas de coral rojo, de cientos de años de edad, eran comunes.
Egipcios, fenicios, cartagineses, griegos y romanos encontraron un mar rico dónde la vida era fácil, con las condiciones ideales para vivir y así convertirse en la cuna de la cultura occidental.
En torno a las bahías costeras nacieron los pueblos que dependían de la riqueza de las aguas poco profundas para alimentarse. Hoy en día, los ecosistemas marinos de esos ambientes, origen de nuestra vida mediterránea, están al borde del colapso. Las ideales condiciones naturales del Mediterráneo han propiciado el aumento progresivo de la población costera en las últimas décadas y el desarrollo del turismo. La atracción por el clima, por sus aguas, playas y gastronomía, ha convertido el Mediterráneo en el principal destino turístico mundial, con unos 500 millones de visitantes al año.
Esta super población ha tenido nefastas consecuencias ecológicas, llevando al Mediterráneo a una profunda crisis ambiental. Ahora, nuestro futuro está en juego y es importante actuar.
- Muchas especies mediterráneas han desaparecido y algunas están críticamente amenazadas: foca monje, centollos, nacra, caballito de mar, coral rojo, etc.
- El 90% de las pesquerías están sobreexplotadas y el sector pesquero en una situación insostenible. Muchas pesquerías locales desaparecen por la escasez de capturas. Hemos pescado el 99% de las principales especies de tiburón (marrajo, martillo, azul…).
- Aunque en las últimas décadas se han instaurado numerosas zonas marinas protegidas, tan solo el 0,23% de la cuenca Mediterránea está convenientemente protegida.
- La superpoblación ha provocado una pérdida de calidad de las aguas litorales, debido a los vertidos de aguas insuficientemente tratadas, produciendo la alteración de ecosistemas (El Mar Menor es un ejemplo de lo que puede suceder en el resto del Mediterráneo). Cada año se vierten 650.000.000 de toneladas de aguas residuales (Programa Medioambiental de las Naciones Unidas).
- Hay más de un millar de especies invasoras que han llegado de otros mares en los últimos años que están transformando el Mediterráneo. Algunas de ellas desestabilizan irremediablemente los hábitats submarinos mediterráneos y progresan con éxito aprovechando el frágil estado de conservación de los ecosistemas.
- Las aguas del Mediterráneo se calientan un 20% más rápido que el resto del planeta.
Por todos estos motivos firmo y solicito al gobierno español que actúe de manera urgente y necesaria para reservar el 30% de las aguas del Mediterráneo español. Deteniendo las actividades pesqueras en estas zonas de reserva; con el objetivo de propiciar la recuperación de la pesca local, restaurar la calidad del agua, evitar el colapso de especies y ecosistemas, y contribuir con la absorción de carbono de la atmósfera.